¿Destrozan edificios y monumentos? (art.8de17#StopCaptura)

Indice
a) El problemab) Las causas del deterioro de los materiales que forman monumentos



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a) El problema
Es muy fácil echar la culpa del deterioro de edificios y monumentos a las palomas y realmente son muchos factores los que causan dicho deterioro. Mayoritariamente son nuestros contaminantes emitidos por los gases de escape de los automóviles, los que causan este daño ya que son  altamente corrosivos.

Por tanto, generalizar en una frase como 'las palomas destruyen los monumentos' es incorrecto puesto que no son el factor principal de deterioro de los mismos. Son un factor más pero evidentemente una frase simplista como esta está mal formulada y lleva a engaño.

Como veremos en este artículo, el deterioro de edificios y monumentos se debe a causas varias, factores que se combinan. Los más importantes son las causas ambientales y antropogénicas. Seguidos de otras como puedan ser la fauna y flora.

La Acrópolis griega es un ejemplo perfecto: lleva  en proceso de restauración  varios años y no debido a las palomas, que hay bastantes y ningún medio han aplicado para reducir su población o alejarlas de sus monumentos valiosísimos, pues la causa principal del deterioro de este patrimonio griego ela contaminación de la ciudad.
Deterioro acelerado en ambientes contaminados. Escultura de arenisca del Castillo de Herten, Recklinghausen, localizado en la cuenca del Rhin (Alemania) y construido en 1702. Aspecto del motivo en 1908, mostrando deterioro moderado, y en 1969, prácticamente destruido. (de Winkler, 1973, Fig. 72).

No obstante son un factor más, así que siempre se pueden instaurar medidas de disuasión, con cabeza y conociendo que el principal responsable a más de 50% son los gases de escape, seguidos de lluvia ácida...dejando otro reducido porcentaje variable a los excrementos de las aves (que más dependerá de su población puntual en dichos lugares de interés). 


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Un ejemplo controvertido es la Plaza de San Marcos en Venecia, donde muchos turistas se sienten atraídos por las palomas. En esta caso mientras den dinero por la venta de alimentos y atracción turística, que haya cientos de palomas en la plaza es ideal. Como ocurría en España antiguamente.

No obstante, los monumentos deben limpiarse y protegerse, no esperar a que estén carcomidos,  y usar las palomas como pretexto para justificar nuestra mala gestión del patrimonio (foto: cadenaser)
La Guerra en la Plaza de San Marcos ha comenzado, entre defensores de las palomas (visitantes, comerciantes de arroz y demás atractivos alimenticios para las aves), y detractores por el gasto en limpieza que suponen.
En ciudades que optan por una gestión responsable de su fauna urbana se ataja este problema disuadiendo a las aves de zonas de interés o aplicando a la normativa de construcción (simples medidas que evitan que todo agujero se convierta en el apartamento perfecto para estas aves).


b) Las causas del deterioro de los materiales que forman monumentos

Pueden ser de dos tipos: externas o internas. 

Las principales causas externas serían: 
  •  Agua: la acción del agua sobre los minerales puede originar procesos muy diversos, tanto físicos (acción en cuña de ciclos hielo-deshielo), como químicos: disolución e hidrólisis de minerales, fundamentalmente. A su vez, en el caso concreto de los monumentos, su acción se podrá ver potenciada por factores climáticos y de composición del aire, puesto que los componentes de éste pueden pasar al agua. A esto habría que agregarle que los minerales que son disueltos dan origen a otros, los cuales al cristalizar pueden originar presiones enormes.
  • Atmósfera. Los componentes atmosféricos pueden ser muy variados, y pueden en unos casos actuar directamente sobre los minerales (caso del ozono), y en otros aportar agentes que las aguas, o el propio vapor de agua que la atmósfera pueden incorporar, actuando sobre las rocas en forma líquida. Los principales contaminantes atmosféricos son: los óxidos de nitrógeno, carbono y azufre procedentes de la combustión de hidrocarburos, el gas metano emitido por los fertilizantes y la quema de bosques, y los gases de combustión liberados en la incineración de residuos sólidos.
  • Organismos vivos (biodeterioro). La acción de los organismos sobre los monumentos puede ser muy variada, e incluye desde fenómenos puramente físicos, como la acción de las raíces de plantas, que pueden introducirse por las grietas o por las juntas de las edificaciones, o afectar a las cimentaciones, o los efectos químicos o físico-químicos producidos por la acción de los excrementos de aves, o por la acción de líquenes o de bacterias.
  • Antropogénicas. Incluimos aquí los factores relacionados con la acción del hombre, ya sea previamente a la instalación del material, o durante la misma (tipo de labra, tratamientos que reciba, cargas estructurales que se le apliquen, posición geométrica en que se dispongan, tipo de elemento arquitectónico: los suelos sufren efectos muy distintos que las paredes o las fachadas), o tras la misma (instalación de letreros). Por otra parte debemos incluir en este apartado el tráficoPor un lado, favorece la presencia de contaminantes en la atmósfera, que resultan especialmente agresivos en el ámbito urbano. Por otro, las vibraciones que se relacionan con el tráfico pesado pueden afectar a la estabilidad de las construcciones próximas. A esto debemos agregar las calefacciones que utilizan calderas a carbón, y las refinerías de petróleo que muchas veces están cerca de los núcleos urbanos.

Coches y refinerías de petróleo, dos fuentes de contaminación que se retroalimentan, y son el agresor principal de edificios y monumentos

  • Otros. Como agentes externos de menor importancia en general podemos citar la acción del viento y de las temperaturas (o de sus variaciones extremas). 
 Por otra parte, tenemos las causas internas, propias de la roca que sufre el proceso o procesos correspondientes:
  • Mineralogía. La composición mineralógica del material de construcción es siempre fundamental para explicar las transformaciones pueda sufrir, pues cada mineral presenta distintas susceptibilidades a los agentes externos descritos: unos son fácilmente solubles o hidrolizables, o sufren más la acción de los agentes atmosféricos, o se desgastan con mayor facilidad por presentar menor dureza. Por ejemplo, la calcita, un mineral presente en algunas rocas de construcción, o en el mármol, es fácilmente hidrolizable: CO2 + H2O → H2CO3 y consecuentemente CaCO3 + H2CO3  → Ca2+ + 2 HCO3-. Por su parte, el dióxido de azufre atmosférico produce ácido sulfúrico, que reacciona con la calcita generando yeso.
  • Textura. La disposición textural de los minerales puede afectar también a su comportamiento frente a la meteorización. Por ejemplo, las rocas de grano más grueso se degradan, por lo general, más rápidamente que las de grano más fino.
  •  Tectónica. El hecho de que una roca halla sufrido los efectos de deformación tectónica suelen implicar la aparición de diaclasas o microfracturas, que pueden ser prácticamente invisibles. Sin embargo, bajo la acción de cargas se manifiestan por fenómenos de rotura, que a su vez favorecen la acción de otros agentes externos, como la infiltración de soluciones.

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